Y llegó el día. Mi amiga Lola vino para maquillar a la novia. Manos, pies, todo tenía que quedar perfecto y, mientras, Alberto Desna, el fotógrafo, documentaba todo sin casi enterarnos de su presencia. Es su forma de trabajar, no hay posados, todo es natural y espontáneo.
Prácticamente acabado el trabajo de maquillaje entraron por la puerta Alma y sus dos bonitas hijas Allegra y Ángela. Este bichito tan lindo iba a ser la damita de la novia con un trabajo importántisimo: llevar los anillos
Si, el traje es un diseño de Alma Aguilar. Alma es tía del novio, Miguel, y conoce perfectamente a la novia. Lola quería un vestido sencillo y Alma lo creó. A pesar de las apariencias lleva muchas horas de trabajo y dedicación. La elección de las telas un gran acierto. Aportaban movimiento y naturalidad y el tul plisado del cuerpo y cola eran perfectos para la boda tan romántica que nos tenían preparada. El maravilloso bordado de las mangas encajaba perfectamente con la aparente sencillez del traje
Se ajustaba de tal manera a su cuerpo que parecía que lo habían cosido sobre la propia Lola. Eso lo llevó a cabo Mónica Calles con su gran equipo. Mónica, eres increíble; como trabajas, con una delicadeza tal que parece que el traje no lleva puntadas. Pero además consigues que las pruebas sean momentos de auténtica fiesta. Muchas gracias por todo.
Fue un acierto el recogido que insistió la novia en hacerse y que llevó a cabo Javier Glodosindo en su peluquería de Getafe. El tocado, obra de Gala Brasil, quedó espectacular. Perlas de rio chafaditas montadas con hilo de cobre del color del pelo de Lola. Podéis encontrar a Gala en la tienda que lleva su nombre en Altea, Alicante.
Los zapatos, unas sandalias color platino de la firma Gadea remataban el conjunto y aportaban seguridad y sujeción al pie por su entramado de tiras.
El ramo también merece mención especial. Tenía que llevar flores amarillas y no parecer un "repollo". El efecto que quería mi niña era de flores cogidas del campo. No es un ramo al uso pero me encantó y casaba perfectamente con el resto de complementos y con el traje. El pañuelo era de su Yaya Ascensión que quiso que lo llevara ese día.
Y las joyas, los pendientes y el colgante. Un brillante montado en oro blanco. Discreto como quería mi hija. Su abuela Mari, mi madre, le regaló los pendientes, y mi hermana Inma, su tia, el colgante.
El resultado final nos encantó, pero lo mejor de todo la alegria y felicidad que todos transmitíamos incluido el orgulloso papá y padrino.
Todo estaba listo cuando llegó el coche de la novia, un magnífico automóvil de nuestros amigos Jesús y Marisa decorado por la floristería Livimar de San Martín de la Vega. El "chófer", Jesús cuido todos los detalles, música seleccionada con mimo, champagne frío para relajar los nervios y agua para Ángela. Todo preparado con gran cariño. Gracias chicos
0 comentarios
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.